La generación de más de 200 millones de imágenes con inteligencia artificial (IA) inspiradas en el estilo de Studio Ghibli ha tenido un impacto ambiental significativo, consumiendo 216 millones de litros de agua en solo cinco días. Este recurso hídrico se utilizó principalmente para enfriar los servidores que procesaron las solicitudes, ya que los centros de datos requieren sistemas de refrigeración constantes para evitar el sobrecalentamiento de los equipos.
El proceso de creación de imágenes con IA no solo consume grandes cantidades de agua, sino también energía. Cada imagen generada puede requerir entre 2 y 5 litros de agua, dependiendo de la complejidad del modelo y la ubicación del centro de datos. Este consumo, aunque invisible para el usuario final, representa una carga significativa para los recursos hídricos, especialmente en regiones con crisis de agua.
El avance de la inteligencia artificial ha planteado un desafío para la industria tecnológica, que ahora enfrenta la necesidad de reducir su impacto ambiental sin frenar su desarrollo. Algunas alternativas incluyen la optimización de algoritmos, el uso de energías renovables y la construcción de centros de datos más eficientes. Sin embargo, el crecimiento exponencial de la IA sigue generando interrogantes sobre su sustentabilidad.
A medida que se populariza la creación de imágenes hiperrealistas, también se amplía el debate sobre los costos ocultos de la tecnología y la necesidad de encontrar soluciones para un futuro más sostenible. Expertos advierten que, si no se toman medidas, la demanda de IA podría implicar la extracción de entre 4.200 y 6.600 millones de metros cúbicos de agua para 2027, un volumen similar al consumo anual de países como Dinamarca.