Laura LozanoEl cantante británico apareció en la lista oficial del Ipswich Town como parte del plantel profesional, y avivó el debate sobre una nueva moda en el fútbol: famosos como fichajes de marketing.
Ed Sheeran volvió a ser inscripto como jugador oficial del Ipswich Town para esta temporada en la Championship inglesa. El artista, que desde hace años colabora con el club como sponsor y accionista, llevará nuevamente el dorsal 17. Aunque no se espera que juegue minutos reales, la jugada se leyó más como un guiño publicitario que como un refuerzo deportivo. Una estrategia que empieza a repetirse en distintos rincones del fútbol.
El antecedente más reciente fue en Argentina: Deportivo Riestra sorprendió al inscribir al streamer Spreen, quien debutó en noviembre de 2024 en un amistoso contra River Plate. Sin trayectoria futbolística, pero con millones de seguidores, el joven influencer generó una ola mediática que el club supo capitalizar. Ipswich parece haber seguido esa línea, apelando al nombre de Sheeran —que no es ajeno al club ni al fútbol— para recuperar protagonismo tras una campaña para el olvido en Premier League.
El trasfondo no es casual. El fútbol actual busca cada vez más fusionarse con el espectáculo, y estos movimientos, más que deportivos, responden a lógicas de mercado. Ventas de camisetas, exposición en redes, presencia global: todo suma. Y si bien la historia de Sheeran con el Ipswich es genuina —es fanático desde chico y patrocinó la camiseta con su gira mundial—, no deja de ser parte de una tendencia donde la popularidad vale más que el rendimiento.
“Solo puse algo de dinero en el club que amo y ellos me devolvieron el gesto”, declaró el músico al convertirse en accionista. Un gesto mutuo, sin dudas. Pero también una postal del presente: el fútbol como show, donde los refuerzos a veces vienen con guitarra, ring light o millones de seguidores en la mochila.
Jujuy A Diario
Andrea M. Cabrera
