Si bien el Día Nacional de la Zamba se estableció oficialmente el 29 de septiembre, en homenaje al natalicio de uno de los “padres del folklore”, Gustavo “Cuchi” Leguizamón, tradicionalmente se la sigue recordando cada 7 de abril.
Aunque no hay legislación o biografía que certifique la autenticidad de esta fecha, la tradición popular y los usos y costumbres, imponen en este dia, el festejo del “Día de la Zamba”, en honor a la Zamba “7 de Abril”; considerada por muchos como la madre de todas las zambas.
Por otro lado, y con la intención de establecer una fecha conmemorativa para celebrar a la Zamba, en el año 2012 la Diputada Alicia Comelli de la provincia de Neuquén, presentó un proyecto para declarar el 29 de Septiembre, como Día de Nacional de la Zamba, en honor al natalicio de Gustavo “Cuchi” Leguizamón.
El proyecto fue aprobado en Diputados, pero perdió estado parlamentario en el Senado, tras lo cual, el proyecto quedó descartado.
Aunque desde hace algunos años, cada 29 de Septiembre, las redes sociales se inundan de salutaciones por el “otro” Día de la Zamba.
Historia de la zamba “7 de Abril”
La obra musical, fue una de las primeras en inscribirse en los registros de SADAIC y además la pieza como tal, tiene una historia muy particular, rodeada de un halo de misterio.
Para empezar, no se conoce con rigor a su verdadero autor. Tampoco sabemos sobre el motivo de su nombre.
Según escribe José Antonio Faro en su libro “Zambas históricas y tradicionales”, existen dos versiones:
- Una, es la que Andrés Chazarreta le escuchó tocar a músicos populares santiagueños, a inicios del siglo XX, y que en 1916 registrara a su nombre, con una letra romántica, que nada explica en relación al 7 de abril.
- La otra historia es que en 1923, Manuel Gómez Carrillo, publicó una versión cuyas diferencias con la de Chazarreta son de notación musical, dato irrelevante para músicas de tradición oral.
A esa relectura, Leda Valladares le agregó años más tarde una letra que tampoco explica el nombre.
En tanto, la investigadora Isabel Aretz refiere que el verdadero autor sería un violinista tucumano conocido como el “Ñato Carrillo”, que murió en 1911.
Otras fuentes dan como autor al arpista Agenor Reynoso.
Pero en Santiago del Estero es atribuida por tradición a diversos músicos populares de fines del siglo XIX, entre ellos un arpista, al que apodaban “el ciego Chaza”.
De esta forma, Santiagueños y tucumanos se disputan la pertenencia de la “7 de abril”
Los Hermanos Abalos, grandes referentes del folklore nacional, decían que jamás se iba a conocer quién fue realmente su autor.
Inclusive en los registros oficiales de Sadaic hay dos versiones: una de Chazarreta y la otra de Gómez Carrillo.
Por todo esto y a pesar de las diversas teorías sobre su origen, lo cierto es que la Zamba “7 de Abril” sigue siendo una de las zambas más populares y representativas del folklore argentino. Y aunque no sepamos a ciencia cierta quién fue su verdadero autor ni el motivo de su nombre, su belleza y su significado han sido reconocidos por generaciones y seguirán siendo parte de nuestro patrimonio cultural.