Se conmemora un nuevo aniversario del ataque que dejó 29 muertos y más de 200 heridos en Buenos Aires. A pesar de las investigaciones, el caso sigue sin resolverse.
Este 17 de marzo se cumplen 33 años del atentado terrorista contra la Embajada de Israel en Argentina, un evento que marcó un antes y un después en la historia del país. A las 14:42 de aquel día de 1992, un coche bomba impactó contra el edificio de la embajada, ubicado en la esquina de Arroyo y Suipacha, dejando un saldo de 29 muertos y más de 200 heridos. La explosión no solo destruyó la sede diplomática, sino que también afectó gravemente a los edificios cercanos, sumiendo al centro porteño en el caos y la destrucción.
Investigaciones y falta de justicia
El ataque, atribuido a la organización terrorista Hezbollah bajo las órdenes de Irán, fue el primer atentado de este tipo en suelo argentino. A pesar de las investigaciones llevadas a cabo por la Corte Suprema de Justicia y organismos internacionales como el FBI y el Mossad, el caso sigue sin imputados ni condenados. En 2024, un tribunal federal argentino señaló a Irán y Hezbollah como responsables del ataque, pero la justicia aún no ha llegado para las víctimas y sus familias.
Conmemoración y memoria colectiva
En conmemoración de este trágico aniversario, se llevará a cabo un acto en el lugar del atentado, con la participación de familiares de las víctimas, funcionarios y representantes de la comunidad judía. Bajo el lema “Cada mirada tiene una historia. Cada historia merece ser contada”, el evento busca honrar a las víctimas y renovar el pedido de justicia.
Testimonios que mantienen viva la memoria
Además, la Embajada de Israel en Argentina, AMIA y el Congreso Judío Latinoamericano han lanzado un proyecto conjunto para preservar los testimonios de los sobrevivientes del ataque. El sitio web “Voces de la Embajada” reúne relatos en primera persona de catorce víctimas, quienes comparten sus experiencias y reflexionan sobre las consecuencias del atentado.
Entre los testimonios se encuentran los de Jorge Cohen, quien recuerda el horror vivido al salir con vida de la embajada destruida, y otros sobrevivientes como Alberto Kupersmid y Gloria Svetliza. Sus relatos son un recordatorio del impacto duradero de aquel día y de la necesidad de mantener viva la memoria colectiva.
A pesar de los años transcurridos, el atentado a la Embajada de Israel sigue siendo una herida abierta en la historia argentina. La búsqueda de justicia continúa, y el compromiso de recordar a las víctimas y exigir respuestas es más fuerte que nunca.