JUJUY A DIARIO

12 datos impactantes sobre La Pasión de Cristo que te dejarán sin palabras

La polémica película de Mel Gibson volvió a Netflix y, a 20 años de su estreno, sigue generando impacto. Entre milagros, accidentes y decisiones arriesgadas, su rodaje fue tan intenso como la historia que narra.

Estos son 12 datos que no conocías sobre la controvertida filmación de La Pasión de Cristo:

1. Nadie creía en ella (salvo Mel Gibson)

Aunque Mel Gibson era una estrella consolidada en Hollywood, ningún estudio quiso financiar una película hablada en arameo y latín, tan cruda y religiosa. El actor y director no se rindió: invirtió 30 millones de dólares de su bolsillo para hacerla realidad. El riesgo valió la pena: la película recaudó más de 612 millones y se convirtió en la cinta independiente más taquillera de la historia.

2. Filmada en idiomas que ya casi nadie habla

Mel Gibson se propuso un realismo extremo y exigió que los actores hablaran arameo y latín, los idiomas que se hablaban en tiempos de Jesús. Su idea original era no subtitularla, para que el mensaje fuera completamente visual, pero finalmente accedió a incluir subtítulos para su distribución global. El elenco tuvo que aprender fonética básica y practicar durante semanas.

3. Más que evangelios: mística y pintura

Aunque el guion se basa principalmente en los Evangelios, Gibson se inspiró también en las visiones místicas de la beata Ana Catalina Emmerick, una monja alemana del siglo XIX, y en las obras del pintor italiano Caravaggio, conocido por su dramatismo y contraste de luces. Esta mezcla dio como resultado una estética poderosa y profundamente simbólica.

4. El actor que era “otro Jesús”

Jim Caviezel fue elegido para interpretar a Jesús y su elección pareció casi profética. Tenía 33 años —la misma edad que Jesús al morir— y sus iniciales coinciden: J.C. El actor, además, es católico practicante y aseguró que su participación fue una experiencia espiritual transformadora.

5. Dolor real: un rodaje extremo

Durante la escena de la flagelación, Caviezel fue golpeado accidentalmente con un látigo, lo que le provocó una herida de 14 centímetros en la espalda. En otra escena se dislocó el hombro y, como si fuera poco, le cayó un rayo durante la crucifixión. A pesar de estos incidentes, continuó filmando sin interrupciones.

6. Empezar el día con misa (literal)

El rodaje tuvo un componente espiritual muy marcado. Todos los días comenzaban con una misa, y en escenas clave como la Última Cena y la crucifixión se expuso el Santísimo Sacramento. Esto generó un ambiente de recogimiento y concentración que muchos actores describieron como único.

7. Una película para salvar su fe

Gibson confesó que decidió hacer La Pasión de Cristo en medio de una crisis de fe. El proyecto se convirtió en una especie de búsqueda personal de sentido y conexión espiritual. La producción no solo impactó a millones de espectadores, sino también al propio director, que dijo haber salido cambiado del proceso.

8. La mano que clava los clavos

Una de las escenas más fuertes es la del momento en que los soldados romanos clavan a Jesús en la cruz. La mano que sostiene el clavo no es de un actor: es la del propio Mel Gibson. Según explicó, quiso representar que sus pecados también fueron responsables de ese sufrimiento.

9. El actor que terminó convertido

Pedro Sarubbi, quien interpretó a Barrabás, vivió una transformación profunda durante el rodaje. En declaraciones posteriores, aseguró que mientras miraba a Caviezel caracterizado como Jesús, sintió que no era una actuación, sino una experiencia espiritual real. Tras esa vivencia, decidió convertirse al cristianismo.

10. La Virgen, una “estrella de la mañana”

Maia Morgenstern, la actriz rumana que interpretó a la Virgen María, descubrió que estaba embarazada durante el rodaje. Su apellido, curiosamente, significa “estrella de la mañana”, uno de los títulos tradicionales de la Virgen en las letanías. Su interpretación fue tan conmovedora que muchos críticos la consideran uno de los puntos más altos de la película.

11. El Diablo con rostro andrógino

Mel Gibson eligió a la actriz italiana Rosalinda Celentano para interpretar al Diablo, pero su voz fue doblada por un hombre. Además, la actriz se afeitó las cejas para darle un aspecto aún más inquietante. La intención era crear un ser ambiguo, perturbador, que encarnara la confusión y el engaño del mal.

12. Todos se llamaban Cristo (casi)

Dos de los actores secundarios más importantes, Hristo Shopov (Pilato) y Hristo Jivkov (San Juan), comparten un dato curioso: ambos se llaman “Hristo”, que significa “Cristo” en búlgaro. Un guiño del destino que terminó siendo otra coincidencia simbólica en una película llena de misterios.

Laura Lozano

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